La idea de un mundo moderno se inicia con la idea de progreso, en la que se dejan atrás las creencias y las respuestas teológicas y se da un paso a la razón y a la ciencia para solucionar los porqués de un modo comprobable.
El primer avance del desarrollo de la sociedad es el reconocimiento del hombre como sujeto histórico, conocedor de su pasado y creador de su futuro. De este hecho se comienzan a desplegar todas las características que serán la representación de la modernidad.
Empiezan a primar los intereses laicos sobre los religiosos, ya no existe un encantamiento del mundo ni hay representaciones divinas de Dios en la tierra como lo eran los reyes, ahora comienza una nueva faceta en la que las revoluciones marcan el camino al cambio.
La revolución Económica, marcada por el capitalismo muestra un avance en la industria fabril, en la maquinaria, en los desarrollos tecnológicos y científicos, aparece la propiedad privada y el trabajo asalariado. Aquí se empieza a notar que existe un sistema productivo en continuo crecimiento.
Por otro lado se encuentra la revolución política sellada por la democracia, que consistía en cumplir la voluntad del pueblo y borrar cualquier fundamento de poder, aunque la desigualdad económica y cultural llevó a redefinirla en económica, social y participatoria para de este modo tener una mayor organización en cuanto a la definición dada en principio que por razones lógicas no podría ser real.
Por último pero no menos importante se encuentra la revolución cultural incluyendo sus consecuencias. El papel de la familia y la iglesia en la educación y tradición pasan a un segundo plano por la aparición del sistema escolar formal que a medida que se expande abre camino a la incursión de la industria cultural en la que aparecen los diarios y es a partir de ese momento que la comunicación escrita se convierte en parte fundamental de intercambio social y se expande no sólo a los de la escuela sino a toda la ciudadanía.
En esta instancia ya se han dado los tres hechos que marcan el cambio hacia la modernidad, comprendida a mi parecer como el ideal del ser humano para aclarar sus dudas, enfrentarse a sus propios estigmas, conocerse y hacerse reconocido en sociedad participando de un sistema que bien o mal funciona de acuerdo a la forma en la que se le mire. Porque para avanzar hay que saber volver la mirada atrás y no caer en los mismos errores, ojala algún día esta sociedad entienda la importancia de reconocer que en el pasado se sembró la semilla de nuestro presente.
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